15 de julio (Día 8) Entrada Participante

Integrando a México 2013

Día 8 

Miguel Alberto Reyes Facio, D.F

Después de la pesada noche de ayer, caí en un profundo sueño del cual podría jurar que se necesitarían mil gritos al unísono para despertar a la habitación, sin embargo, bastó con la canción de Rafael y Rodrigo ”Ya es hora de despertar” para salirse del profundo sueño y empezar un gran lo que sería un gran día.

El desayuno fue muy divertido, más que delicioso siempre es un gusto para mi comer todas las cosas que prepara doña Tomi, preguntan el por qué de mi silencio a la hora de comer pero mi boca está muy ocupada masticando todo con voracidad.

Bety nos llamó para apresurarnos y recoger los materiales del taller que impartiríamos, fui a mi cuarto, tomé la bolsa de colores, las hojas, mi cuaderno y lo necesario para trabajar con los niños en la biblioteca pública. El camino fue grandioso, la primera vez que había visto San Miguel de Allende y debo admitir que es uno de los pueblos de México más bonitos que mis ojos han visto. Esperando para la entrada de la gente que impartiría el taller tomé con mis amigos mil fotos de todo lo que pudimos.

Una vez dentro de la biblioteca, junto con Valeria y Mariana dimos dinámicas de presentación para que los niños se conocieran mejor entre sí, poco a poco fueron tomando confianza y empezaron a trabajar sobre la distinción de violencia y paz con dibujos y juegos. Al terminar el taller los niños se emocionaron mucho y dijeron ansiosos que esperan poder mostrarnos sus dibujos el día de mañana.

Nos encaminamos hacia la escuela y nos asignaron los talleres de problemas sociales y en el que estoy, “Derechos humanos” ha resultado ser muy interesante y enriquecedor. Después de eso y de la deliciosa comida de Doña Tomi, hicimos una dinámica de juego llamada “El espía”. Fue muy duro saber que la desconfianza es muy fácil de adquirir y que incluso a nuestros propios amigos los podemos juzgar de esa forma.

Regresamos al Rancho y actualmente seguimos trabajando con los talleres, porque esos niños se merecen lo mejor y un poco más de nosotros. Ansío trabajar mañana con ellos y con las actividades que les tenemos para mañana.