Julio 31

IaM

Hola, soy Alejandra Pedraza del D.F. Hoy 31 de julio desayunamos cereal y aunque a mi no me gusta tanto me gusta ver a mis compañeros disfrutarlo mucho. Jugamos una nueva actividad matutina, formamos equipos de 7 personas y Susana y Beth tenían que gritar partes del cuerpo en cantidades y el chiste era tener la cantidad de partes del cuerpo que gritaban pegadas al piso. Mi equipo no ganó mas que tres puntos pero aun perdimos el entusiasmo y nos esforzamos mucho en cada ronda. No tuvimos tiempo de jugar otros

juegos y muchos nos quedamos con las ganas de jugar el tan querido Ninja. Entramos a nuestros respectivos grupos de taller y como me toca con Patricio no podía faltar las respiraciones y el baile “eh, eh, eeeehhh”.

Continuamos el día trabajando en nuestros proyectos. Como no habíamos tenido tiempo de terminar de copiar lo que había en el pizarrón nos apuramos a copiar los puntos importantes. Sin mayor avance, Pato nos borró la mitad del pizarrón, pero antes de que perdiéramos la calma llegaron otros facilitadores con guías que incluían todos los puntos que habíamos visto a lo largo de la semana. Esta guía facilitó las cosas y ya no nos preocupamos tanto en copiar más que ciertos puntos que no incluye la guía. 

A las 2:30 llegó Doña Tommy con la comida. Esta vez todos (vegetarianos y omnívoros) comimos lo mismo: pescado con arroz y verduras y de tomar, agua de piña. Quedando satisfecha regrese al grupo de trabaja a pulir mi proyecto (les cuento brevemente que mi proyecto está enfocado en la problemática social que hay detrás del consumismo, me refiero a las condiciones de los trabajadores quienes muchas veces no tienen garantizados sus derechos y se enfrentan día a día con atentados a sus derechos). Continuó tranquila la tarde, nos separamos del grupo y para buscar lugares cómodos para trabajar en nuestros proyectos; unos optaron por el pasto, otros por la sombra del edificio y muy pocos se quedaron en el salón ya que se corre mucho peligro de ser picoteado por los mosquitos. A las 4:30 cerramos la sesión con el bailecito “eh, eh, eeeehhh” y nos fuimos a reunir abajo de las escaleras del edificio para la actividad vespertina.

En realidad no tuvimos actividad vespertina, porque lo que prosiguió fue una pequeña invitación de parte de Pato a que pensáramos en un acto que quisiéramos presentar el sábado en la clausura. En principio pensábamos hacer algo como grupo, pero después nos dimos cuenta de que teníamos muchas ideas, poco tiempo y en realidad pensamos en un proyecto muy corto (queríamos hacer un video de 5 minutos cuando en realidad teníamos que abarcar hora y media con nuestra presencia.) Decidimos formar pequeños equipos que quisieran hacer presentaciones de música, baile y video y esto nos facilitó la vida. Yo decidí formar parte de un baile (que más que ser un baile tradicional es un baile contemporáneo con música mexicana) y me emociona mucho porque me encanta bailar pero ya tiene rato que lo dejé de hacer. Lo padre es que no voy a hacer esto sola, porque en cuanto le enseñé la música a mis compañeras se entusiasmaron con la idea y decidieron unirse. Mañana continuaremos con la coreografía y esperamos tenerla lista para el sábado.

De regreso al rancho Fany y yo decidimos hacer un panqué para todos nuestros compañeros. Ya habíamos pedido donaciones y compramos todos los ingredientes necesarios. Con la ayuda de muchos de nuestros compañeros incorporamos todos los ingredientes, batimos y prendimos el horno (que estaba muy difícil de prender). Todo el rancho estaba bien enterado del panqué y todos esperaban con ansias a que estuviera listo para comer. Lamentablemente se tardó mucho tiempo en el horno y todavía se tardó más enfriándose. Mientras tanto, había asesorías sobre los proyectos y en la sala, todos los participantes nos juntamos a responder unas preguntas de reflexión. Algunos terminaban antes que otros y varios pausaban su reflexión porque les tocaba asesoría. Cansados de tanto que hacer, nos fuimos a dormir más tarde de lo acostumbrado. Sin más ni menos, me despido.

Buenas Noches.